Sin perder el sentido, cambiemos de dirección
Es entonces, cuando piensas que todo marcha en la misma dirección, un vagón descarrila. Se atraviesa. Y tambaleas. Esta vez no lo viste venir, pero el cambio de senda lo dejó marchar.
Volvemos a cambiar de sentido. Si nos queda de eso. Que la vida no es una línea recta. Giremos antes del choque, o recobrémonos después del impacto. Pues nadie sabe si es tarde, o aún estamos a tiempo. De que pase, cuanto menos, rápido y desapercibido.
Kantuke